Tras cinco meses de la apertura de nuestras clínica, después del obligado y responsable cierre durante el Estado de Alarma motivado por la pandemia del Covid-19, el protocolo de seguridad para velar por la salud de todos se ha incorporado con normalidad en el día a día de las seis clínicas con las que cuenta Gurpegui en La Rioja y Navarra.
Cada mañana, higienizamos el ambiente de nuestros espacios a través de lámparas de ozono para comenzar a recibir a los pacientes. A ellos, previamente, se les realiza un triaje telefónico con el que chequemos los posibles síntomas compatibles con el Covid: fiebre, dolor de cabeza, descomposición o la pérdida del gusto y el olfato.
Mientras, los profesionales de las clínicas se preparan como ya lo hacían antes de la pandemia. La odontología es probablemente uno de los sectores que mejor ha asumido la normativa de salud actual. Nuestro trabajo, por su naturaleza, siempre está muy cerca de posibles focos de contagio, la boca. Por lo tanto, los dentistas siempre hemos contado con unos protocolos de seguridad muy estrictos.
Con una agenda más “holgada” para evitar el cruce y la espera en las clínicas, el paciente, que tiene que evitar venir acompañado, es recibido en la entrada. Allí, lo primero que se encuentran es un discreto “Espacio Covid” donde se toma su temperatura, se higieniza las manos, se cubre los pies con calzas y la cabeza con un gorro.
Ya en el gabinete, el profesional le espera con todas las medidas de seguridad para poder realizar su trabajo en un entorno tranquilo y cómodo tanto para él como para el paciente. Al acabar, el box será completamente higienizado de nuevo con las lámparas ultravioleta de ozono. Así ya se podrá recibir a nuevos pacientes que, desde hace tiempo, han asumido con total normalidad todas estas medidas de protección. Unos protocolos con los que, entre todos, intentar acabar cuanto antes con la propagación del Covid-19.
Acabar con esto, es cosa de todos.