Tras estas semanas en las que todos hemos estado desbordados y preocupados por las informaciones que poco a poco hemos ido conociendo sobre el COVID-19 y que han derivado en un momento histórico, insólito y excepcional, son muchos los que he han tenido que enfrentarse a situaciones de estrés para acostumbrarse a esta nueva situación.
Cambios en el trabajo, coordinarse y manejar la estancia de los niños en casa, enfrentarse a la soledad, cuidar a una persona dependiente, asimilar nuevas formas de relacionarse, de salir a la calle, nuevas rutinas de protección e higiene, etc. Un sin fin de cambios, un sin fin de historias complejas que pueden derivar en multitud de trastornos y algunos de ellos se visualizarán y afectarán a tu boca.
El estrés es también un virus silencioso que puede derivar en diferentes patologías odontológicas.
El bruxismo
Una enfermedad muy común en este siglo derivado de la forma vertiginosa en la que vivimos y que afecta a un gran porcentaje de la población.
El bruxismo consiste en chirriar los dientes, en la mayoría de los casos mientras duermes, pero en algunos también mientras estás despierto. La reiteración de estos movimientos puede alterar y desgastar nuestras piezas dentales, fracturarlas, retraer las encías o aumentar nuestra sensibilidad bucal.
¿Cómo saber si padezco bruxismo?
- Dolor de mandíbula y/o de cabeza
- Contracturas
- Molestias en la columna vertebral
- Vértigos o mareos
¿Cómo se puede afrontar el bruxismo?
Lo primero, acudiendo a cualquier de nuestras clínicas Gurpegui donde analizarán cada caso concreto. Una de las medidas más extendidas para paliar el bruxismo es la colocación de una férula de descarga que alivie el impacto de los dientes y disminuya el estrés.
Periodontitis y gingivitis
Si sufres de un sangrado de las encías durante tu cepillado rutinario, puede que presentes la patología conocida como gingivitis y que también está relacionada con el estrés. El cortisol, es una hormona que nuestro cuero genera en mayor cantidad antes situaciones continuadas de nerviosismo o estrés. Una hormona que también puede provocar la inflamación de nuestras encías, su irritación y posterior sangrado.
Xerostomía
¿Notas la boca más seca de lo habitual? Eso es la xerostomía y también está íntimamente ligada con el estrés ya que afecta al sistema nervioso provocando que nuestras glándulas salivares alteren su funcionamiento y, por lo tanto, el de nuestra saliva encargada de neutralizar los ácidos que produce la placa bacteriana.
Un descenso de la saliva que a su vez puede provocar la aparición de caries, halitosis o infecciones.
Aftas
La última patología bucodental vinculada al estrés es la aparición de aftas o llagas, pequeñas heridas blanquecinas que aparecen en las encías o las mucosas. Unas alteraciones que pueden formarse al debilitarse nuestro sistema inmunológico debido al estrés y que, por lo tanto, dificultan el que nuestro cuerpo se defienda de estas bacterias o virus causantes de las úlceras.
Si presentas cualquiera de estos síntomas, primer tómatelo con calma, intenta relajarte y llámanos. Nosotros estudiaremos tu caso concreto, tus circunstancias y patologías y afrontaremos el mejor tratamiento para lograr una correcta salud bucodental.