¿Cuándo es conveniente llevar por primera vez a un niño al dentista?
Esa es una pregunta muy recurrente y habitual entre los padres y madres que visitan nuestras clínicas.
La respuesta es: cuanto antes si notas que hay algún problema; y a los 3 años si el desarrollo de la boca del niño es normal.
Si esa es la rutina habitual de la familia, será el propio ortodoncista quien detecte cualquier problema en los dientes o la mordida de los más pequeños de la casa. Dificultades que el especialista encontrará en una de las visitas anuales y recomendadas que se deben hacer a partir de los 3 años.
No obstante, la Sociedad Española de Odontopediatría recomienda que la primera visita se realice antes del primer cumpleaños del niño.
La importancia de las revisiones
En concreto, a partir de los 6/7 años se recomienda estar especialmente atento a estos problemas en los niños. Una edad en la que las muelas permanentes y los incisivos ya están en la boca del niño. Aunque es cierto que a partir de los 4 años ya se pueden observar malas oclusiones producidas, por ejemplo, por chupetes, chuparse el dedo o una respiración oral incorrecta.
Por todo ello, es fundamental revisar la boca de los niños tan pronto como se pueda ya que durante el crecimiento es el único momento en el que se pueden afrontar y solucionar problemas en la mordida derivadas de defectos óseos.
Diagnósticos tempranos, la mejor solución
Una vez que el crecimiento ha finalizado, solo se podrán tratar esos problemas con las temidas cirugías. Si llegamos a tiempo, la ortopedia será la clave para modificar los huesos de la boca del niño con aparatos fijos o removibles (quitar y poner) con una duración aproximada de entre 12 y 18 meses. Así se podrán resolver casos como paladar estrecho o tener la mandíbula descompensada. Unas patologías que pueden aparecer entre los 6 y los 12 años y que requieren de la constancia de los pacientes. También, y ya que hablamos de niños, será fundamental la supervisión y colaboración de los padres en las revisiones para lograr diagnósticos precoces y evitar mayores problemas en el futuro.
A partir de los 11/12 años, época en la que habitualmente los niños ya tienen los dientes definitivos, será cuando los especialistas podrán proponer la ortodoncia invisible o visible como el tratamiento indicado para alinear los dientes, salvo en casos excepcionales. Un ejemplo es la mordidas cruzada donde la ortodoncia se podrá plantear antes como la mejor solución para que los niños luzcan una gran sonrisa.